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Una de las ventajas de los libros electrónicos de texto fluido radica en su capacidad de cambiar la fuente de lectura. En un Kindle podemos pasar de una serif de transición como Baskerville a la sobria Helvetica, la slab serif Caecilia o la clásica Palatino, además de las exclusivas Bookerly y Amazon Ember, y aun contamos con opciones. ¿Pero qué podemos hacer si deseamos una mayor originalidad y queremos que una fuente específica aparezca siempre en el libro? La respuesta es emplear fuentes incrustadas.
¿Qué son las fuentes incrustadas?
Cuando creamos un PDF para impresión o para distribución electrónica es necesario incrustar las fuentes para que estas se reproduzcan en equipos donde no están instaladas. De lo contrario, otros usuarios no verán la fuente que hemos seleccionado y no serán reconocidas por las imprentas.
En estos casos, el software generador copia datos de la fuente en el documento como parte de su contenido y los integra como unidad. Si quieres saber cuáles fuentes se emplean en un PDF determinado, busca en Adobe Reader Archivo > Propiedades > Fuentes.
Este concepto de incrustar fuentes se menciona con frecuencia dentro de las guías de impresión bajo demanda, pero no es el mismo que se maneja en un EPUB. En este, las fuentes incrustadas son archivos de fuente que se insertan dentro del paquete del libro electrónico. Constituyen un contenido separado, aunque el dispositivo de lectura electrónica los reproduzca como unidad.
Cuando se incrustan fuentes en eBooks de texto fluido, se mantiene la posibilidad de modificar el tamaño de letra. Conviene aplicar las fuentes a títulos y discursos especiales, no al texto entero, para no impedir por completo el cambio de letra. De resto, pueden tener cualquier efecto tipográfico con soporte en CSS.

En Kindle, la reproducción de fuentes incrustadas ha variado con los años y, por mucho tiempo, fue distinta entre aplicaciones. Por ejemplo, se podía seleccionar «Fuente del editor» en un dispositivo de tinta electrónica, pero no en la app para PC. Actualmente, los eBooks vendidos por Amazon muestran siempre la fuente incrustada y queda libre la opción de cambiar el tipo de letra para el resto del texto.
La aplicación Apple Books distingue entre «original» y el resto de fuentes. En Play Libros se puede elegir «fuentes originales» (que muestra las incrustadas), sans (una fuente de palo seco) y Literata (la familia tipográfica diseñada para Google), con reemplazo total entre una y otra opción.
Cómo incrustar fuentes
El método manual de incrustación de fuentes consiste en incluir los archivos individuales en el paquete del eBook, declararlas en el manifiesto, definirlas en la hoja de estilo con la regla @font-face
, y señalar cuáles estilos usarán esas fuentes. La explicación técnica detallada puedes leerla aquí.
Todas las herramientas de maquetación con la capacidad de incrustar fuentes realizan ese mismo procedimiento. Entre ellas están las siguientes:
- Calibre. En Convertir libros > Apariencia > Incrustar todos los tipos de letra en el documento se pueden insertar fuentes usadas en Word.
- InDesign. Cuando se va a exportar un archivo como EPUB ajustable, aparece un cuadro de diálogo de opciones de exportación. En la pestaña HTML y CSS, se marca la casilla Incluir fuentes incrustadas.
- Pages. Una de las opciones avanzadas de exportación de EPUB es Insertar tipos de letra.
- Sigil. Se usa la interfaz del programa para aplicar el método manual. He aquí un tutorial en inglés.

Advertencia: La conversión de un documento de Word vía Amazon KDP no incrusta fuentes ni exporta preferencias de fuentes.
Por qué incrustar fuentes
Cada vez que leo en un foro de autopublicación una exhortación a evitar las fuentes incrustadas como si de la peste se tratase doy un respingo. Probablemente se dirigen a quienes dan palos de ciego con la maquetación o están formuladas por quienes hace años también recomendaban no insertar imágenes en libros electrónicos.
Siento una gran debilidad por las fuentes incrustadas y trabajo con ellas cada vez que un autor me lo permite. ¿Quieres saber por qué me gustan tanto?
- Las fuentes incrustadas imprimen personalidad a un libro electrónico. Pueden transmitir clasicismo o modernidad, complejidad o sencillez, refinamiento o naturalidad. Pueden representar una época histórica, un estilo caligráfico, una herramienta de escritura.
- Contribuyen a mantener una unidad estética; por ejemplo, al usar las mismas fuentes en la portada y el interior del libro, o en papel y en digital.
- Realzan la identidad empresarial. Favorecen el reconocimiento visual de la marca de autor.
- Facilitan la distinción entre diferentes discursos y estilos dentro del libro (citas, títulos y subtítulos, leyendas de imágenes).
- Permiten la reproducción de caracteres no soportados en los dispositivos de lectura electrónica: símbolos matemáticos o decorativos, notación musical, alfabetos no latinos.



Problemas y riesgos con las fuentes incrustadas
Estos son algunos de los argumentos críticos formulados por quienes saben del tema:
1. Bloqueo de las fuentes. Las Pautas de publicación de Amazon Kindle establecen que no se deben forzar fuentes en todo el texto, pues, de lo contrario, se impediría que el usuario eligiera su propia fuente. En caso de maquetar un eBook de ese modo, el sistema eliminará la visualización de las fuentes incrustadas. Lo mismo pasará si los estilos están mal aplicados o hay casos de choques de fuentes en determinados párrafos.
2. Aumento del tamaño del archivo. Sabemos que Amazon KDP cobra una tasa de gastos de envío cuando se eligen regalías del 70 %. Los archivos de fuentes son bytes extra que se toman en cuenta para el cálculo. No suelen representar un gran aumento, pero habría que pensárselo dos veces antes de incrustar la familia entera de Source Sans Pro, con 12 estilos, por ejemplo.
3. Estilos redundantes o innecesarios. Cuando di mis primeros tumbos con InDesign y Fantasía y fuga en 2013, se me ocurrió incrustar nada menos que Times New Roman. Aparte del problema de la licencia (véase el punto n.º 6), Times New Roman forma parte de las fuentes predeterminadas de Apple Books (entonces iBooks). ¿Para qué incluirla entonces? Cuando las fuentes son muy similares a las que ya están en las aplicaciones y dispositivos de lectura electrónica, cabe preguntarse si la incrustación aporta algún valor estético o funcional.
4. Poca adecuación a dispositivos electrónicos. Hay fuentes que lucen muy bien en papel, pero en soporte digital dejan que desear. Un ejemplo es Adobe Garamond Pro, una tipografía elegante y clásica, muy usada en el mundo editorial, pero de apariencia débil y poco legible en un Kindle de tinta electrónica. Otro problema se presenta con las fuentes muy finas (de estilos light, thin, ultrathin), que casi desaparecen en una pantalla de eReader.
5. Soporte inconsistente. No todas las aplicaciones lectoras de EPUB permiten visualizar las fuentes incrustadas, entre ellas Moon+ Reader y Bibliovore. Otras (Litihium, ReadEra, eReader Prestigio) tienen ajustes avanzados para mostrar o sustituir las del editor.
Dicho asunto se vuelve un problema cuando confiamos en la incrustación para solucionar caracteres sin soporte. Eso significa que, si la aplicación no reproduce la fuente, tampoco va a reproducir el carácter que necesitábamos y sacará otra cosa en su lugar (probablemente un símbolo de error).
Además, no todos los tipos de fuentes son aptos para incrustar en eBooks. Las fuentes TrueType (.ttf) y OpenType (.otf) suelen aceptarse, pero no se puede decir lo mismo de las variables, las de extensión .woff ni las Postscript tipo 1. Hay que revisar primero las pautas de publicación de las plataformas que nos interesen.
6. Licencia. Esta es la principal piedra de tranca para quienes incrustamos fuentes. Toda la amplia gama de Adobe Fonts solo se puede incrustar si se cifran las fuentes. El cifrado u ofuscación (encryption, obfuscation o mangling en inglés) consiste en la aplicación de un algoritmo que altera los primeros 1040 bytes de los archivos de fuente. Con ello, se impide que los usuarios que «abran» el paquete del libro electrónico extraigan las fuentes y las usen o distribuyan sin autorización.
Las fuentes del sistema, es decir, las que vienen con el software de Microsoft o Apple, no tienen licencia para ser incrustadas en libros electrónicos, a pesar de que millones de usuarios las empleen a diario en sus ordenadores. Me refiero a Times New Roman, Calibri, Cambria o Arial, entre muchas otras. Se pueden adquirir licencias para incrustar estas fuentes en EPUB, algo que no suele merecer la pena, como dije en el punto n.º 3.
Por otra parte, algunas licencias para EPUB establecen que la fuente se incruste con ofuscación, algo que obliga a usar una herramienta de edición que la permita. La ofuscación tuvo una larga época de falta de soporte en la mayoría de las aplicaciones de lectura electrónica, pero con el algoritmo del IDPF (aplicado por InDesign a partir de su versión CS6) y las actualizaciones de algunas grandes plataformas de publicación digital suele funcionar bien.
Advertencia: InDesign cifra siempre las fuentes que exporta, independientemente de su licencia, e incrusta todas las usadas en el archivo. No permite seleccionar entre unas fuentes y otras.
Las licencias de pago deben tomarse en cuenta en los presupuestos de maquetación cuando hagan falta. Muy pocos autores independientes están dispuestos a invertir en ese rubro. Como maquetadora tampoco puedo asumirlo de mi bolsillo, ya que no repito diseño y hay muchas fuentes que solo he usado en un proyecto. Por eso, se hace necesario buscar alternativas entre las opciones de licencia libre.
Dónde encontrar fuentes adecuadas para incrustar
Google Fonts. Aquí tenemos la mayor colección de fuentes, con la ventaja de que son aptas para sitios web y, por añadidura, para leer en pantalla.
Font Squirrel. Con su clara interfaz, sus opciones de búsqueda y sus iconos para identificar los distintos tipos de licencia gratuita, este sitio web se merece un lugar entre los favoritos de quienes buscan fuentes especiales. Encontrarás muchas de Google Fonts entre ellas, pero no siempre están las versiones actualizadas. Descarga las de Google Fonts desde su propia página.
Font Library. Como su nombre lo indica, constituye una biblioteca de fuentes, casi todas de licencia libre, que se pueden usar sin problema en trabajos de diseño.
Behance. Es una comunidad de Adobe donde diseñadores comparten sus trabajos. Se pueden hallar varias fuentes gratis para uso comercial.
MyFonts. La página de fuentes de Monotype incluye una opción para buscar fuentes gratuitas. Si alguna vez has sacado ventaja de ellas, notarás que gratis es la licencia de escritorio, pero sí se debe pagar por las de sitios web, EPUB y apps. Nunca he dado con una fuente 100 % gratis para incrustar en libros electrónicos, pero, dependiendo de lo que busques, hay algunas muy baratas, que, con el descuento de paquete, no cargarán mucho tu presupuesto de publicación.
Ten cuidado con otras páginas populares de fuentes gratuitas (no voy a dar nombres ni enlazar). Muchas incluyen fuentes pirata (que hacen igual daño a los diseñadores que la piratería a nosotros los autores); otras tienen fuentes defectuosas o con poca compatibilidad de caracteres, y algunas de las que se anuncian como gratuitas solo lo son para uso personal.
Hace poco, realicé ajustes al proyecto realizado por otro diseñador. Para los títulos había elegido una de estas fuentes «dudosas», con la palabra Free en su nombre, sin compatibilidad para español. En el archivo de InDesign se habían creado las tildes con las herramientas de dibujo y los signos de puntuación habían sido compensados con una fuente del sistema. No hablemos del tiempo que invertí en corregir los títulos y limpiar el archivo una vez ubicada una fuente profesional que mantenía el look deseado y disponía de compatibilidad en los lectores electrónicos (ni tampoco del que imagino que invirtió antes el diseñador en colocar los acentos en el sitio exacto). Dejémoslo en que no hace falta llegar a situaciones como esta cuando existen tantas fuentes de licencia libre con soporte para español que son estéticas, legibles y adecuadas para dispositivos electrónicos.
Alternativas a las fuentes incrustadas
¿Todo esto te parece muy complejo y con potencial de convertirse en un codicioso ladrón de tiempo? Estos son mis consejos para compensar lo que las fuentes incrustadas pueden ofrecer:
Seleccionar caracteres reconocidos y aceptados. ¿De verdad tu lista requiere un lápiz, un rombo o dos círculos concéntricos como viñeta? ¿Y necesitas un lacito como separador dentro de los capítulos? Si no te gusta el típico boliche de las listas y te has cansado de ver siempre asteriscos entre escenas, hay muchos símbolos que puedes utilizar, pero primero comprueba que tengan soporte.
Evitar las fuentes de símbolos. Si estás creando un libro electrónico y trabajas con Word, no mires Symbol, ni Wingdings, ni ninguna fuente en la que tú marques una letra para sacar un signo no alfabético (en el eBook aparecerá la letra o un carácter de error). Usa más bien Insertar > Símbolo y verifica que Fuente indique «texto normal». En mi curso de maquetación en Word dedico una lección al tema de los caracteres no latinos.
Insertar imágenes. Por lo general, no recomiendo el empleo de imágenes para sustituir texto, ya que si nos vamos a un EPUB para todas las plataformas nos damos cuenta de que la reproducción del tamaño varía enormemente entre aplicaciones y te puedes llevar alguna sorpresa desagradable. No obstante, si solo publicas en Amazon o en una plataforma que permita mayor control sobre las imágenes, puedes compensar un texto sin soporte nativo en eReaders mediante imágenes en formatos GIF, PNG o SVG.
Indicar la preferencia por una fuente. Esta es mi alternativa preferida. Si sabes CSS puedes modificar tu hoja de estilo e indicar que determinados títulos o párrafos usen una de las fuentes predeterminadas de la aplicación de lectura electrónica. Así no tienes el problema del tamaño, no te pasas horas revisando catálogos de fuentes ni probándolas en tu libro, sabes que se van a mostrar y puedes jugar con ellas.

Conclusión
Un libro electrónico no tiene por qué ser el primo pobre de la edición impresa. Con frecuencia veo diseños en papel con muchos pitos y flautas que quedan como Cenicienta después de la doce en digital. Una de las formas de conservar el «vestido» y destacar en el baile de los catálogos consiste en emplear las fuentes incrustadas.
Si un proyecto editorial se concibe como una unidad y se toman en cuenta todos sus requisitos especiales desde el principio, no nos va a estrellar contra la pared de la incompatibilidad. Existen tantos recursos para imprimirle originalidad a un libro que resulta una lástima no aprovecharlos. Las fuentes incrustadas tienen sus riesgos y exigen un mayor cuidado en la edición, pero bien empleadas realzan el diseño de un eBook.
¿Has incrustado fuentes en tus libros electrónicos? ¿Qué método utilizas tú?
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