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El primer mes de 2020 ya terminó. La ocasión se presta para evaluar nuestros avances en torno a los objetivos del nuevo año. Si alguno de ellos está relacionado con escritura, es crucial reflexionar sobre las herramientas que estamos utilizando: ¿son prácticas para nosotros o se quedan cortas?, ¿nos permiten ahorrar tiempo o nos hacen perdernos en dificultades técnicas y maromas para lograr lo que necesitamos?, ¿las usamos porque son las de siempre y no porque estemos satisfechos con ellas?
Cuando nuestras herramientas no nos están ayudando, resulta necesario probar otras nuevas. Sin embargo, parece que no podemos entrar en Internet sin enterarnos de una nueva app que nos facilitará la vida. La mayoría de las aplicaciones son de pago o funcionan con el modelo freemium. Si nos ponemos a probarlas todas, perderíamos el tiempo que supuestamente ganaríamos empleándolas, sin contar con que podemos decepcionarnos de las novedades. ¿No es preferible, entonces, quedarse con las herramientas ya establecidas desde hace años, que sabemos usar y están integradas a nuestro ritmo de trabajo? Es más, ¿no estábamos mejor antes de esta vorágine digital que nos obliga a tener el mejor móvil, el mejor ordenador, el mejor plan de Internet y la mayor capacidad de almacenamiento para no colapsar? ¿No sentimos nostalgia de las herramientas tradicionales para escritores que no requerían electricidad?
En este artículo, presento diferentes herramientas para escritores que he probado, las variantes conocidas que funcionan, las alternativas gratuitas y las no digitales, aparte de mis preferencias personales y anécdotas de escritores consagrados.
Las buenas herramientas para escritores deben cumplir las siguientes características:
- Prácticas, adaptables a las necesidades de muchos tipos de autores.
- Fáciles de usar. No queremos pasar horas siguiendo tutoriales ni realizar un curso de com para comenzar a usarlas.
- En español. Aunque sepamos inglés, siempre preferimos que estén en nuestra lengua.
- Precio razonable. Opino que es mejor una buena herramienta premium que una gratuita limitada o difícil. Sin embargo, hay que estar seguros de que recibamos suficiente por lo que invertimos y, si es gratis o freemium, que no nos bombardee de publicidad o invitaciones a adquirir la versión de pago.
- Confiables. Deben darnos la seguridad de que nuestros datos no se van a perder, permitirnos automatizar tareas y solucionar problemas en vez de crearlos.
Como veremos, no todas las herramientas que mencionaré cumplen tales condiciones, pero se acercan más o menos al ideal.
Herramientas de escritura
Digna de probar
Mellel, un procesador de texto para Mac, es tan interesante y completo que me extraña no leer más reseñas al respecto. Tiene una estructura flexible (que permite comenzar a trabajar desde un esquema y mover sus partes con solo arrastrar), funciones de avanzadas de búsqueda y reemplazo (útiles durante las correcciones), y la posibilidad de configurar los llamados auto-títulos para aplicar estilos consistentes a diferentes elementos estructurales y distinguirlos del cuerpo del texto. Los escritores de ficción pueden beneficiarse de su ficha de personajes, la de lugares y la de “puntos de historia”, equivalentes a escenas. A cada entrada de estas fichas se le puede agregar comentarios, imágenes y etiquetas.
Mellel resulta ideal para quienes trabajan con textos complejos, numerosas imágenes, tablas, índices temáticos y referencias cruzadas. Quienes combinan lenguas en sus libros le sacarán provecho a esta aplicación, pues tiene buen soporte para los sistemas de escritura de derecha a izquierda. Su precio de 49 USD es más que razonable y se puede descargar una versión de prueba que estará activa durante 30 días de uso. Exporta a los formatos TXT, RTF, DOC, OPML y PDF.
Alternativa gratis
Writer, de Zoho, no debe confundirse con Writer de LibreOffice, ni iA Writer ni Writer, the internet typewriter. El procesador de texto online del grupo Zoho sorprende por su sencillez, sin que le falte ninguna opción esencial. Se integra de forma limpia con Word, de modo que documentos iniciados en cualquiera de los dos programas pueden seguir trabajándose sin mayores problemas de compatibilidad. De hecho, Writer recuerda mucho a Word, pero con un diseño más dinámico y compacto.
Como funciona en la nube, todas las actualizaciones se guardan automáticamente y puede accederse a los archivos (con sus respectivas versiones) desde cualquier dispositivo iOS, Android, macOS y Windows. Writer también cuenta con un modo sin conexión, que permite el trabajo fuera de Internet y guarda los cambios cuando se vuelva a estar en línea. Exporta a los formatos DOCX, RTF, PDF, ODT, EPUB y HTML.
Writer cumple todas las condiciones de las buenas herramientas para escritores, además de ser totalmente gratuita y sin publicidad. Su traducción al español deja que desear y hay alguna opción de formato que se echa de menos, pero compensa con otras ventajas, como la integración con plataformas de blogging.
La conocida
Scrivener es una aplicación recomendada específicamente para escritores. La capacidad de trabajar en bloques, de integrar las notas y las investigaciones para un libro, de jugar con la separación y unión del contenido, de seleccionar lo que se va a exportar y cambiar su apariencia, así como el contador de palabras que permite monitorear las sesiones de escritura y la visualización de tablero de corcho, la convierten en una de las herramientas preferidas por quienes abordan un proyecto de ficción o no ficción.
Scrivener tiene versiones para macOS, iOS y Windows, que deben adquirirse por separado. La versión para Windows es más limitada que la de macOS y, desde hace tiempo, se ha ido anunciando una gran actualización que no llega. En mi opinión, Scrivener no cumple la condición de facilidad de uso y he advertido unos cuantos problemas en su compilación a formatos de libro electrónico. Por otra parte, su precio (alrededor de 50 USD) es adecuado para las peculiaridades que ofrece y su versión de prueba de 30 días de uso permite probar ampliamente la herramienta[1].
No digital
Las máquinas de escribir manuales que aparecen en la mayoría de las portadas de libros para escritores siguen existiendo. Hay autores enamorados de la experiencia de escribir un libro durante el siglo XX: colocar cada hoja en la máquina, ajustar los márgenes, hundir las teclas, ser acompañado por el sonido característico al mecanografiar, oír el timbre cuando se llega al borde, golpear la palanca del carro, realizar mil ajustes con la barra espaciadora, rodar la página para sacarla y ver cómo se va apilando con las demás.
En mercados de pulgas, tiendas de artículos usados y subastas de Internet se pueden adquirir las máquinas tradicionales, por las que se puede pagar más o menos dependiendo de su antigüedad, historia y estado.
Mi favorita
Microsoft Word. He probado numerosos procesadores de texto y hasta ahora ninguno ha logrado hacerme abandonar Word. Muchas funciones que se proclaman como ventajas de otras aplicaciones se pueden realizar desde este programa: la estructura lateral móvil se crea al usar estilos de título, la visualización sin distracciones existe, la compatibilidad con WordPress es muy buena. Cuando copio y pego el texto de un artículo para mi blog, este mantiene sus títulos, negritas, cursivas e hipervínculos activos. También dispongo del autoguardado con OneDrive y la posibilidad de comparar versiones. El texto oculto y los comentarios permiten mantener informaciones adicionales a mano.
Algo que me resulta muy práctico con la suscripción a Office 365 es el cambio del idioma de la interfaz con un par de clics. Uso el software en español para mis tutoriales, mi curso y orientar a quienes me formulan preguntas, pero, cuando mi esposo va a trabajar, selecciona el alemán sin dificultad.
Para probar más
Los procesadores de texto con markdown están ganando popularidad, pues le permiten al escritor enfocarse en el texto en vez del formato. Mientras se escribe, se van añadiendo marcas sintácticas a determinadas palabras, pasajes o párrafos. Así, se establece de antemano cuáles serán los títulos, las citas, los hipervínculos o cuáles palabras llevarán cursiva, por ejemplo. A la hora de exportar, se aplica una plantilla u hoja de estilo, la cual le da la apariencia definitiva a lo que se ha escrito. Ulysses (para Mac o iOS) tiene una interfaz personalizable que facilita la escritura sin distracciones: puede cambiar a modo oscuro, fijar el cursor en una línea mientras se escribe o marcar la línea activa. Además, publica directamente en WordPress y exporta al formato EPUB. Su principal desventaja es el precio, pues sigue el modelo de suscripción mensual o anual. Para quienes dominan markdown resulta más conveniente iA Writer, cuyo soporte de elementos es mayor.
La experiencia de otros escritores
J. K. Rowling, tras componer el primer borrador completo a mano, armó el manuscrito de Harry Potter y la piedra filosofal en una máquina de escribir usada. Esto la obligaba a rescribir el capítulo entero cuando cambiaba un párrafo. Sus problemas financieros eran tan graves que no podía pagar fotocopias siquiera y mecanografió copias del libro entero para buscar agente y editorial. Como sabemos, su gran inversión de tiempo se vio recompensada con creces[2]. No hay garantía de que nos pase lo mismo, así que vamos más seguros si aumentamos nuestra eficiencia al escribir.
Herramientas para tomar notas
Digna de probar
Milanote es un aplicación concebida para organizar toda clase de ideas y proyectos. Permite guardar páginas web, escribir notas, dibujar, subir imágenes, archivos en PDF y otros formatos, así como armar mapas mentales, listas de tareas y proyectos detallados. En principio, esto no suena distinto a otras aplicaciones de notas más populares, pero Milanote se distingue por su foco en escritores y otros profesionales creativos. Dispone de plantillas para agregar fichas de personajes, escenas y resúmenes. Funciona como un tablero de tamaño variable al cual se le insertan los diferentes elementos en cualquier orden. Se pueden crear subdivisiones, editar las partes individuales, incluir comentarios de otros ususarios y aumentar la vista para un panorama del tablero completo.
La aplicación descargable solo está disponible para Mac y iPhone. Es posible usar la versión web desde Windows. El plan gratuito de Milanote admite hasta cien notas, imágenes o enlaces y la carga de un máximo de diez archivos. El profesional requiere una suscripción.
Alternativa gratis
Notebook es la aplicación para tomar notas que forma parte del conjunto Zoho. Clasifica las notas en distintos tipos: de texto, audio, lista de verificación e imagen. Presenta distintas visualizaciones en las cuales se pueden elegir los colores preferidos. Como la mayoría de las herramientas digitales para tomar notas, cuenta con una extensión Web Clipper que permite capturar páginas web.
Hubiera esperado una mejor integración con Writer. Se puede convertir una nota en documento y comparar ambas en pestañas distintas del navegador, pero no ver la nota y el documento juntos, como se puede hacer entre Google Docs y Keep.
La conocida
Evernote tiene todo lo que se puede esperar de una herramienta para tomar notas: la capacidad de uso desde cualquier dispositivo, guardado, sincronización, inserción de páginas web y carga de archivos adjuntos. Sin embargo, hay que adquirir la versión premium para aprovecharla al máximo y acceder a funciones como la anotación de PDF, el reenvío de correos electrónicos a la cuenta de Evernote y el acceso offline en móviles. La cuenta gratuita, que solo se puede usar desde dos dispositivos, limita demasiado, porque precisamente lo que se desea de una aplicación de notas es la posibilidad de agarrar al vuelo lo que se nos ocurra desde cualquier lugar.
No digital
Los cuadernos Moleskine son un clásico para escritores, dibujantes y cualquier persona que necesite tomar notas y llevarlas consigo a cualquier lugar. Por sus diferentes tamaños, tipos de línea, colores y acabados se adaptan a diferentes funciones y gustos. Paperblanks, por su parte, tiene unos diseños de inclinación más creativa y artística.
Mi favorita
El papel, aunque reconozco que no es práctico. Uso unas libretas que compro en grupos de a tres en el supermercado. Caben en todos mis bolsos, no me importa si les cae agua, té, o si me las rayan mis hijos. Con Moleskine y Paperblanks siento que tengo que escribir una nota transcendental digna de guardarse para la posteridad en una biblioteca universitaria. Paso las de Caín al buscar una nota que haya escrito hace tiempo.
Uso OneNote para sacarle el jugo a la suscripción a Office 365, pero no con consistencia. Me molesta un poco la cantidad de niveles en los cuales se organizan las notas y el tratamiento de los textos en bloques adicionales. Me gusta más la interfaz de Evernote, cuya versión premium probé cuando fui ganadora del NaNoWriMo, y la de Notebook.

De izquierda a derecha, una libreta Moleskine de la edición limitada Denim, una Paperblanks Sun & Moonlight, una especial preparada por mi ahijada y la baratísima del supermercado. ¿Cuál creen que estoy usando este año?
Para probar más
Tengo mucha curiosidad por probar los bolígrafos inteligentes (smart pens). Representan el matrimonio entre el papel y los soportes digitales. Permiten trasladar a una tablet, ordenador o móvil lo que se escribe o dibuja. Algunos modelos ofrecen integración con Evernote, grabación de audio y la posibilidad de transformar a texto editable. Si entienden cualquier letra, podrían convertirse en la herramienta más práctica para ahorrar tiempo de escritura.
La experiencia de otros escritores
Para los lectores e investigadores literarios, las notas han sido una de las formas más interesantes de acercamiento al proceso creativo y la cotidianidad de un escritor. Destacan las de Thomas Mann, reunidas en numerosas libretas. Catorce de ellas (que abarcan más de cuarenta años de la vida del escritor) han sido publicadas. Incluyen apuntes sobre sus obras, listas de palabras, perfiles de personajes, posibles títulos, frases que deseaba fijar para sus libros, poemas, así como citas de otros autores.
Herramientas de organización y productividad
Digna de probar
Things. La versión 3 de esta aplicación muestra cómo se puede abordar lo complejo desde la simplicidad. Sin colorines ni múltiples menús lo puede hacer todo: organizar grandes proyectos compuestos de diferentes pasos, añadir notas y listas, manejar tareas simples con fechas de inicio y finalización, y registrar tareas repetitivas. Solamente está disponible para Mac, Apple Watch y dispositivos iOS, y se debe adquirir cada versión por separado. Sin embargo, su precio es muy accesible (por unos 80 USD se puede cubrir el ordenador y los móviles) y existe la versión de prueba de 15 días para Mac.
Alternativa freemium
Todoist ha sido consistentemente recomendado como el mejor gestor de tareas multiplataforma. Identifica las diferentes áreas o proyectos por medio de colores. Establece cuatro niveles de prioridad. Aun en su versión gratuita permite la interacción con otros usuarios. Práctica es la interpretación de lenguaje natural al agregar una tarea. Por ejemplo, se puede escribir: “publicar una entrada en el blog cada dos semanas desde el sábado” y la aplicación registrará la tarea en la fecha indicada con la repetición en esa frecuencia. Está disponible para macOS, diversas versiones de Windows, Android, iOS, smartwatch y tiene extensiones para Chrome, Safari y Firefox
La conocida
Wunderlist existe desde hace una década. La creación de listas es sencilla. Cada una permite agregar comentarios, fechas, frecuencia, etiquetas, archivos y colaboradores. La aplicación fue comprada por Microsoft en 2015, eliminó su versión de pago y se cerrará el 6 de mayo de 2020. Se recomienda cambiar a To Do, que tuvo reseñas mixtas por mucho tiempo.
No digital
El bullet journal es un método que reúne el diario, la agenda y la lista de tareas en un solo lugar, ideal para los amantes de la escritura a mano. Recomiendo tomarlo en cuenta si lo digital no acaba de convencer.
Mi favorita
Things. Estoy usando la aplicación desde hace tres meses y no creo que la vaya a cambiar en el futuro cercano. Me gusta la integración con el calendario del iPhone y la facilidad de agregar y marcar tareas. La principal crítica que se le hace a Things es la falta de herramientas colaborativas, función que no he extrañado. Usé Wunderlist por años y me permitió seguir un sistema de productividad, pero los problemas de sincronización entre dispositivos comenzaron a afectar mi trabajo y me obligaron a abandonar la aplicación. Probé Todoist durante bastante tiempo y no llegó a entusiasmarme. Me fastidiaron el karma, la diferencia de visualización entre las plataformas y los recordatorios por correo electrónico (que, por cierto, se pueden desactivar).
Para no probar tanto
Las aplicaciones de notas pueden ser usadas como gestores de tareas. Evernote tiene una guía al respecto.
La experiencia de otros escritores
Stephen King, con más de 60 libros publicados hasta la fecha y más de 350 millones de ejemplares vendidos, revela sus técnicas de productividad en sus memorias Mientras escribo (On Writing). El libro, en especial las secciones con consejos para escribir, se ha convertido en uno de los textos de referencia para escritores en ciernes, aun aquellos que no son fanáticos de su ficción. Incluye la famosa recomendación de que un primer borrador no debería tomarse más de tres meses.
Herramientas de control de hábitos
Digna de probar
Strides destaca por su flexibilidad. Mientras que la mayoría de las aplicaciones se basa en la realización o no del hábito, Strides ofrece cuatro posibilidades de registro: la que indica sí o no (por ejemplo, “escribir en la mañana”), la que pone un objetivo en una fecha dada e indica la cantidad diaria necesaria para alcanzar el objetivo (“escribir 50000 palabras en un mes”, como en el NaNoWriMo), en promedio (“escribir cada día 500 o más palabras”) y la de consecución de proyectos con distintos pasos y fechas de finalización (como publicar una novela). Solo está disponible en inglés y funciona en iOS y Apple Watch. Su versión gratuita admite un máximo de tres entradas. La de pago, con opciones de hábitos ilimitados, respaldo y apuntes, cuesta menos de 5 USD al año.
Alternativa multiplataforma
Everyday marca las casillas que le faltan a Strides: aplicación en español, con disponibilidad en Android, iOS y web. Carece de la flexibilidad de opciones, pues se basa en el sí o no. Tiene una interfaz atractiva con distintos colores que identifican los hábitos y un gráfico donde se muestran más o menos oscuros dependiendo de la frecuencia con que se estén realizando. La versión gratuita de Everyday permite seguir hasta tres hábitos.
La conocida
Habitica (antes HabitRPG) aparece desde hace años en casi todas las listas de herramientas de este tipo. Su peculiaridad radica en su tratamiento de los hábitos y las tareas como un juego de rol. El usuario elige un avatar, pelea contra el monstruo de la procrastinación y los malos hábitos, emprende desafíos, es recompensado con premios y mejoras para su avatar y puede añadir amigos a su aventura personal. La aplicación puede descargarse en iOS y Android, o usarse en la web. Es gratis y solo se paga cuando se desean adquirir unas “gemas” para personalizaciones opcionales.
No digital
Muchas de las aplicaciones para móviles se basan en el método del comediante Jerry Seinfeld: tachar cada día del calendario en el que se realice el hábito, distinguirlo de aquellos en que no se ha logrado y procurar no romper la cadena. Los calendarios impresos grandes, para la pared o escritorio, con fotos profesionales o las que hemos tomado con nuestra familia, no pasan de moda. Con uno de ellos y un par de rotuladores, se puede seguir el método original.
Mi favorita
No todos los años he buscado crear un hábito. Cuando lo he hecho, he usado un cuaderno con separadores y una de sus secciones se la he dedicado al registro de mi progreso. Ahora que he probado Strides, me parece ideal para quienes desean afianzar hábitos de escritura o se han trazado un objetivo SMART.
Para no probar tanto
Ulysses y Scrivener cuentan con herramientas para contar el avance de palabras dentro de un proyecto. En Ulysses existen los llamados objetivos. Se puede establecer cuántas palabras se deben escribir para culminar la hoja que se está trabajando, poner una fecha de finalización y ver un gráfico que ilustra el progreso. En Scrivener se distingue entre objetivos para el manuscrito completo y la sesión de escritura; por ende, esta aplicación es una de las preferidas para el NaNoWriMo.
Quienes busquen algo más general y se sientan atraídos por el concepto de Habitica no tendrían que acudir a un gestor de tareas adicional.
Por su parte, el bullet journal permite incluir el seguimiento de hábitos y ahorraría la necesidad de uso de estos tres últimos tipos de herramientas.
La experiencia de otros escritores
Haruki Murakami, después de haber regentado un club de jazz, cambió su vida al crearse una rutina inquebrantable, con hábitos que lo conducen al flujo ideal de trabajo literario: levantarse a las cuatro de la madrugada, escribir por seis horas, correr o entrenar para maratones, relajarse y acostarse temprano. Toma en cuenta la influencia del deporte y la vida saludable en la escritura. Murakami trata este tema en su libro De qué hablo cuando hablo de correr y este artículo de The New Yorker.
En la próxima entrega sobre herramientas para escritores, indicaré qué podemos usar para afrontar la corrección de nuestros textos, cómo resolver dudas gramaticales, dónde guardar el fruto de nuestro esfuerzo y de qué manera realizar la última revisión antes de publicar o someter nuestro manuscrito a la consideración de agentes y editoriales.
¿Y cuáles herramientas prefieres para escribir, tomar notas, gestionar tus tareas y controlar tus hábitos? Cuéntamelo en los comentarios.
________
[1] Si te interesa Scrivener, consulta la página Scrivener.es, de David Olier, con cursos en vídeo y tutoriales.
[2] La sorprendente historia de Rowling ha sido narrada varias veces; por ejemplo, en esta entrevista y este artículo.
[3] En la sección “Caja de herramientas” de su libro, King señala que el vocabulario y la gramática deben estar en el primer nivel para un escritor y los elementos estilísticos, en el segundo. ¿Por qué me he dado tanto trabajo buscando herramientas de otro tipo?
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Muchas gracias por los consejos Valentina. Aunque no soy un escritor, he encontrado algunas de tus herramientas muy interesantes.
Me da gusto saberlo, Manuel. Gracias por comentar.
Enhorabuena por el artículo, Valentina.
Como editor markdown a mí me gusta mucho Typora. De momento es gratis, pero seguramente lo acaben haciendo de pago porque es muy bueno.
Hola, Agustín. Gracias por comentar y por recomendar Typora. No he trabajado con ese editor, pero tiene buenas referencias. Mientras esté gratis, merece la pena probarlo. Otras opciones con markdown, como Ulysses, son bastante costosas.
También he probado Typora y es muy bueno, de los mejores
Gracias Valentina por los consejos.
Gracias a ti por tu comentario, Federico.
Muy interesante. Soy dibujante de planos que dibujo en word en vez de autocad si llegué hasta ese punto en relación a la arquitectura, que decir para el trabajo que amo que es escritor, tengo excelente interacción con word. Puedo sino escribir en la agenda del celular y siento romanticismo por escribir a lápiz sobre papel . De todos modos indagaré ya que me abro a nuevas posibilidades.
¡Felicitaciones por tu informe, excelente contenido!
Hola, Luis. Muchas gracias por tu comentario. Word tiene excelentes funciones y hay mucho que se puede hacer en ese programa. Todo depende de las necesidades del usuario y su modo de trabajar. Es importante abrirse a nuevas posibilidades cuando uno se siente limitado o quiere mejorar su productividad. Saludos.
Muchas gracias por la información yo utilizo bibisco. Hay una versión gratuita y otra de pago donde el programa funciona al 100%. Es un software muy interesante. Leyendo tu articulo me quedo sorprendido de algunas aplicaciones que no conocía. Saludos
Hola, Adolfo. Gracias por tu recomendación. Bibisco es una aplicación muy interesante para escribir novelas. Se ha vuelto un competidor de peso para Scrivener, con la gran ventaja de que es multiplataforma y de código abierto. Saludos.
Gracias, Valentina, por la recopilación.
Quisiera añadir un editor que utilizo para las versiones iniciales de mis libros: Smart Edit Writer.
Es una herramienta gratuita que me gusta porque permite organizar de manera eficiente capítulos y escenas,
También permite indicar títulos internos que no se ven en la versión impresa, verifica la ortografía, realiza un backup diario y cuenta el número de palabras escritas por días, lo que motiva cuando estás en el proceso de creación 🙂
¡Saludos a todos los escritores!
Mae
Hola, Mae. Gracias por tu recomendación. Estuve leyendo sobre SmartEdit Writer aquí y veo que es una buena alternativa a Scrivener para usuarios de Windows. Saludos para ti.